En la cultura actual, hombres y mujeres tienen un rol bien definido, un papel a desarrollar dentro del complejo engranaje de la sociedad. A lo largo de los años, dicho rol se ha transformado y nuevas ideas, concepciones y modelos han surgido.
Sin embargo, dentro del camino espiritual, dichos papeles y roles no encajan, no hay parámetros establecidos que indiquen cómo deben comportarse uno u otro.
¿Y qué significa la expresión “hombre y mujer medicina”? Resulta complejo y arriesgado definirlo, aunque quizá la cita de Don Jose Ruiz (La Sabiduría de los Chamanes, 2018) pueda ayudarnos: “Aquel o aquella que se desarrolla en la sabiduría del despertar, de encontrar su propia libertad personal, de vivir en armonía, de servir a otros. En pocas palabras, en la sabiduría del amor y de la vida”.
Ahora bien, lo que puedo afirmar, desde mi experiencia personal es que, por cada 100 hombres/mujeres medicina que asumen y se apropian, con mayor o menor conciencia, del rol que la sociedad les ha impuesto, que manejan sus vidas desenvolviéndose hacia el exterior y que en muchas ocasiones hacen uso desmedido de la violencia, en todas sus formas y tipos; hay una/uno que se atreve a ser valiente y romper con la estructura que su núcleo social pretende imponerle, aquel que se cuestiona conscientemente su misión dentro de este mundo, y que asume el compromiso de buscar y encontrar su propia verdad.
Si alguna vez, en tu camino espiritual, has coincidido con un ser así, déjame decirte que has sido afortunada/o, porque son individuos fieles a su propio camino y su verdad. Son aquellos que, después de enfrentarse a sus propios demonios, haber traspasado sus propios infiernos y haber salido vencedores como triunfantes guerreros, se entregan al servicio y la sanación de los otros, no temen mostrar su vulnerabilidad; son aquellos que de forma amorosa y generosa te guían y te brindan su sabiduría. Se mueven entre la gente sigilosamente, sin pretender demostrar nada, a veces humildes, a veces silenciosos, a veces invisibles.
¿Cómo los puedes reconocer? Es solo cuestión de prestar un poquito de atención, se distinguen del resto, a veces poseen una mirada profunda, que te envuelve en ternura y dulzura, hay humildad en su corazón, no buscan alardear del gran poder interior que poseen.
En mi experiencia personal, puedo decir que he sido infinitamente bendecida, porque he coincidido divinamente con ellos en mi camino, y puedo decir que han sido de las coincidencias más agradecidas que he podido vivir, de tal manera que me inclino y hago reverencia al Dios/Lo Superior/El gran espíritu que habita en ellos y en mí.
Comments